Otoño de Setas en La Alpujarra

Estamos en otoño, que no sé si os lo he comentado en alguna ocasión, pero es la época del año que más me gusta. Que ¿por qué? Porque hace menos calor que en primavera y verano, se pueden realizar un montón de actividades propias de esta temporada al aire libre y me encantan los colores amarillos y anaranjados con los que se tiñe la sierra. Es una época genial para practicar senderismo, para recoger todo lo que nos ofrece el bosque mediterráneo: castañas, nueces, setas… y para los amantes de la cinegética es su temporada. En resumen, para mí, la mejor estación del año. La casita calentita, la chimenea encendida asando castañas y los arreos preparados tras la puerta listos para salir al campo.

Setas en pinar de Trevélez

Pues lo dicho, que ayer me tomé la tarde libre y aproveché para salir a coger setas con mi amiguete David, que el tío es un fenómeno, conoce diversas variedades y le encanta caminar por el monte. Como en este tiempo con el cambio horario anochece muy pronto decidimos salir muy tempranito, nada más terminar de comer. Antes de las 3 ya estábamos andando. Nuestro objetivo era coger una buena cesta de níscalos cada uno. Nos pertrechamos con todo lo necesario (cesta de mimbre, navaja para setas y ropa de abrigo que metidos en las umbrías de los pinares hace frío) y salimos de Órgiva con dirección Trevélez. Los níscalos se cogen en los pinares y, aquí en La Alpujarra, podemos encontrar un sinfín de ellos. Se encuentran debajo de las agujas de los pinos o debajo de las retamas, casi siempre muy bien escondidos y sólo dejándose tímidamente entrever. Hay que andar fino y con buena vista para llenar la cesta.
Nosotros decidimos ir a Trevélez (50 minutos en coche desde Órgiva) porque allí conocemos unos pinares grandes donde pensamos que podríamos encontrar muchas setas. De todos modos, como os decía, pinares hay muchos y cerca de todos los pueblos hay, por lo menos, uno. Ahora lo de coger níscalos se ha popularizado mucho y es fácil encontrar personas cogiéndolos cualquier día de la semana. Incluso, debido a su precio en el mercado, muchas personas recogen grandes cantidades para venderlos.

Cesta de níscalos y otras setas

Dejamos el coche, pasado Trevélez, en un anchurón de la carretera bajo un gran pinar. Comenzamos la ascensión a la ladera de la montaña, no sin esfuerzo debido a una pendiente muy pronunciada, y rápidamente nos dimos cuenta que toda esa zona estaba ya peinada por otros buscadores. Muchos habían estado ahí antes que nosotros y se podían ver los tronquitos de las setas cortados. De modo que decidimos ascender más y adentrarnos en lo más profundo del bosque. La caminata fue grande pero el resultado mereció la pena. Encontramos zonas donde nadie había llegado, donde, mirando con atención, se podían econtrar montones de níscalos. Mi amigo, que de esto sabe bastante más que el que suscribe, me dijo que el níscalo es una seta a la que le gusta la humedad y el sol. Por eso se cría en los pinares bajo el mantillo pero siempre en las áreas de bosque que están orientadas al sol. Esto es porque esta seta es muy grande y carnosa y, por tanto, mucho más resistente a los rayos solares que otras variedades que sólo se pueden criar a la sombra pues los rayos directos del sol las ajan.

El níscalo es una seta fácilmente identificable debido a su color cobre/anaranjado, tanto en el sombrero como en la parte inferior. No os preocupéis si veis que la parte inferior se os pone de color verde al tenerlos en casa en el frigo. Eso es normal, se lavan antes de cocinarlos y ya está.

Níscalo

Grupo de níscalos

En casa con el premio

La verdad es que la variedad de setas que se pueden encontrar en estos pinares es enorme pero nosotros sólo conocemos unas pocas variedades y ayer encontramos dos de ellas: el níscalo y el parasol. De todos modos os dejo un popurrí de fotos para que todo aquel que las conozca mejor se haga una idea de las variedades que se pueden encontrar por aquí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un consejo, el de siempre. El campo es de todos y hay que respetarlo. Las cosas que nos ofrece están ahí para nosotros, para nuestro uso y disfrute pero siempre con respecto. Cuidando el medio y sin abusar. Si cogemos setas, cojamos las más grandes y dejemos crecer las pequeñas, tapando de nuevo con mantillo allí donde hallamos cavado para sacar frutos. Por cierto, muchas gracias a mi amigo David que las fotos son suyas y el que de verdad sabe de setas y me ensaña a mí es el. Hasta la próxima.