Ayer comenzó oficialmente la semana santa granadina y lo hizo con un Domingo de Ramos radiante. El buen tiempo acompañó, eso se notó, y las calles de la capital estaban a tope. Todos los pasos procesionales salieron a hacer su estación de penitencia y, como os decía, lo hicieron acompañados de un gentío tremendo que abarrotaba todas las calles de la ciudad.
A mi me encanta la semana santa granadina; sus procesiones, su colorido, su silencio, la solemnidad con la que se pasean los tronos por las bellísimas calles de la ciudad nazarí. Todo un espectáculo que recomiendo a todos los que tengáis la oportunidad de verlo si vais a estar por aquí estos días. A mi personalmente me gusta ponerme en la calle San Matías y ver pasar los pasos por esta estrecha calle bajo la luz de las farolas y con el silencio mortal que sólo se rompe en palmas tras una levantá como Dios manda. Eso sí, recomiendo calzado cómodo y paciencia, mucha paciencia. En estos días todo discurre a otra velocidad, como a cámara lenta, siguiendo el lento pero continuo paso de los tronos que poco a poco aparecen doblando una esquina con sus imponente bandas de música tras ellos y, casi sin darte cuenta, ya desaparecen por la siguiente, dejando olor a incienso y sudor. Sudor de esforzados costaleros que lucen orgullosos los colores y escudos de sus hermandades.
Ayer, Domingo de Ramos, procesionaron tres cofradías. Yo ví tres, cada una con dos pasos. La Ilustre Cofradía de la Entrada de Jesús de en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz, conocidad por todo el mundo como “La Borriquilla”, la Muy Ilustre y Real Cofradía de Nazarenos de la Santa Cena Sacramental y María Santísima de la Victoria y Hermandad del Santísimo Sacramento y, por último, “La Sentencia”, Pontificia e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Jesús de la Sentencia y María Santísima de las Maravillas.
Puede resultar muy útil consultar esta página: Semana Santa en Granada, donde vienen todas las cofradías con sus titulares.