Después del agua ha llegado la nieve a La Alpujarra

Pués si. Después de tanto y tanto llover al final han bajado las temperaturas y ha llegado la nieve a nuestras tierras. En Órgiva, debido a su escasa altitud, 450 metros sobre el nivel del mar, no ha nevada pero la nieve se quedó a escasos cinco minutos en coche del pueblo. A la altura de la Cueva de Sortes ya había cuajado y estaba todo blanco. Ni que decir tiene que toda La Alpujarra alta estaba de nieve hasta la bola. A mi me pilló comiéndome un buen plato alpujarreño con la familia en el Haza del Lino. La verdad es que fue una estampa muy agradable. Llegamos tempranito y cogimos sitio junto a la chimenea y al poco de sentarnos vimos a través de las ventanas que comenzaba a never copiosamente. Primero unos copos más pequeños y luego poco a poco la cosa ganó en intensidad y se puso todo blanco en unos minutos. Los niños, como siempre, los que más disfrutaron con la nieve y los mayores nos deleitamos con imágenes de postal que, por suerte, se suelen repetir cada invierno. La vuelta a casa tranquilitos y a tomar un cafelito con los mantecados que aún quedaban de la navidad. Todo esto junto a un buen fuego, que eso es siempre indispensable para dar calor de hogar. Otro día más inolvidable de este invierno que no para de depararnos sorpresas. No sé si lo recordaréis, los que siguen el blog seguro que si, pero el año pasado también os dejé unas fotillos de estos lares nevados. No es casualidad, es que esta parte de La Contraviesa me gusta mucho y de vez en cuando pasó por allí para dar una vuelta. En invierno a ver la nieve y en primavera a ver la floración de los almendros que es todo un espectáculo. Este año cuando vaya tomo unas fotillos y os las dejo que son un lujo para la vista.

Estampa nevada en Haza del Lino

Haza del Lino nevando

Chaparros nevados

Llega de nuevo la nieve a La Alpujarra

La nieve ha llegado de nuevo a La Alpujarra y nos ha dejado estampas que se están convirtiendo en habituales este otoño/invierno. La verdad es que no estamos acostumbrados a inviernos tan nevados como este, pero no es menos cierto que todos lo estamos disfrutando, los niños seguro que los que más, e imágenes tan blancas como estas se reproducen a diario. Yo no lo niego, conste en acta, de los que mejor se lo está pasando. El sábado pasado aproveché y me dí una vuelta por el «Haza del Lino» en la Sierra de La Contraviesa y fue impresionante comprobar como estaba todo. Más blanquito imposible. Todo cubierto de nieve y de gente que perdió el miedo al frío y, con bufanda al cuello, salpicaban las cunetas de la carretera jugando con los críos… y los no tan críos.

 

Estampa nevada en el "Haza del Lino"

  

 

Como os decía, yo también me decidí a echar un día en la nieve y lo pasé genial. Aunque en las fotos se me vea solo, no lo estaba. Es que fui con gente tímida que no quiere salir en el blog. Quizá en otra ocasión. El caso es que disfrutamos a tope dando un paseo por senderos que habitualmente están secos y en esta ocasión se mostraban con un aspecto radicalmente diferente y con esa sensación tan estupenda de caminar sobre un colchoncito de nieve. Cras, cras, cras… Incluso, tuve la oportunidad de ver una banda de perdices levantar el vuelo entre los alcornoques.  Además, no se si lo he comentado, pero en esta zona de La Alpujarra todavía se practica el viejo oficio de quitar de forma artesanal las cortezas a los alcornoques para la fabricación de corcho. Tras el paseo… ¡a comer! Os recomiendo el restaurante del «Haza del Lino» un sitio grande en un cruce de carreteras de montaña. Me consta que muchos de vosotros de los que visitáis La Alpujarra y venís desde Almería utilizáis esta carretera en lugar de la que viene por la costa. Es más sinuosa y revirada pero con un encanto especial y un paisaje de ensueño. En la imagen del satélite se puede ver perfectamente. La carta del restaurante no es muy amplia, de hecho no tienen carta, el camarero te dice lo que tienen a la vieja usanza pero es de lo más tradicional y típico. Se pueden comer platos como choto al ajillo, lomo en orza, costilla, todo tipo de carnes a la brasa y, por supuesto, plato alpujarreño.

Después de la comida hay que moverse un poco para quemar calorías y lo mejor es otro paseito por la nieve. De regreso a Órgiva entré en el camino que conduce a la cima de Sierra Lújar. Otro sitio estupendo para caminar, hacer fotos y ver, con el mar de fondo, los pueblitos nevados a las faldas de esta sierra.
Fue un día estupendo; un día de un invierno un poco diferente… y genial!

Por cierto, en un próximo post os recomendaré otro sitio donde comer. Un lugar estupendo, por descontado. Que tengo una deuda pendiente con mis amigos del complejo rural «El Cercado de Bérchules». Que no piensen que se me ha olvidado. Un saludo.